Capriles en Guasdalito
Una reflexión
dominical.
La espectacular campaña de
Henrique Capriles debe llenar de orgullo a todos los venezolanos amantes de la
democracia y de la libertad. Ha sido una campaña llevada casa a casa, pueblo a
pueblo, corazón a corazón. Ha respondido descalificaciones con razones,
agresiones con propuestas, insultos con un lenguaje sencillo y educado.
Capriles ha mostrado la cara de la Venezuela que puede y debe ser y, al
hacerlo, demuestra que los venezolanos podemos y debemos unirnos para construír
un país digno, limpio, ordenado y progresista. Este es el camino, no hay otro
camino.
Uno de los cantos de batalla en
esta recta final debe ser, por lo tanto: Seamos una sola gente. Que ese
mensaje resuene en todos los rincones de nuestra patria. Que ese llamado a
integrarnos en una gran familia le llegue al corazón de todos nuestros
compatriotas. Como eco de la prosa encendida de Martin Luther King, ese llamado
de Henrique debe escucharse desde las playas del Oriente hasta las cimas
nevadas de Mérida, desde los tepuis de la Gran Sabana hasta las grandes
ciudades del norte, desde las fábricas de Puerto Ordaz hasta los campos
petroleros del Zulia.
Henrique: repite incesantemente tu mensaje sobre una
Venezuela sin escuálidos o Gojos gojitos, de Venezolanos. Cada uno de los venezolanos
tendremos que enfrentarnos a nuestra responsabilidad frente a lo que ha
sucedido en estos 15 años de horror. Y lo haremos en la medida de nuestra
capacidad de introspección y sinceros deseos de rectificación.
Que este grito de batlla tenga
eco por todo el territorio de nuestra patria: Seamos una sola gente. Seamos una
sola gente. Seamos una sola gente. Hay un camino para ser ciudadanos. Este es
el camino.
Ojalá alguien como Ilán Chester pudiera ponerle música a este canto.
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