En su acostumbrada columna
de opinión el periodista Vladimir Villegas nos devuelve a la realidad de
lo que está pasando en Venezuela, luego de que regresara el presidente
Hugo Chávez al país.
A continuación el artículo completo:
“Ya regresó el presidente Hugo Chávez y
aún no cesa la polémica. Que por qué no habla. Que es un montaje. Que lo
queremos ver. Que no está gobernando. Que el vice no es legítimo. Que
cuándo se juramenta.
Parece mentira que mientras los
venezolanos salimos del Carnaval “disfrazados” de más pobres gracias a
la devaluación del bolívar, esa no parece ser la preocupación
principal, sino la agenda fotográfica que el Gobierno quiere fijarle al
país para distraerlo de lo más grave que nos está pasando: una
política económica sustentada en multimillonarios ingresos petroleros,
afincada en el rentismo casi absoluto, con una moneda cada vez más
raquítica, con centenares o miles de empresas cerradas, con
desabastecimiento y con una inflación indomeñable.
Que los “camaradas” del Fondo Monetario Internacional alaben esta medida empobrecedora es, más que una paradoja, una señal de lo que nos está ocurriendo. Tanto
denostar del FMI para terminar aplicando una de sus “pócimas” tan
aborrecidas ayer por buena parte de la dirigencia pesuvista.
¿La devaluación es la mejor manera del
proteger el bolívar? ¿Eso lo dijiste echando vaina, Nicolás, o en verdad
lo crees? ¿Has leído Aporrea.org últimamente? ¿Te diste cuenta de
la cada vez menos silenciosa protesta que está provocando en el pueblo
chavista la apenas incipiente caída en picada de su poder adquisitivo? Es lamentable que en el alto gobierno se nieguen a ver lo que ya es más que evidente.
No han podido convencer a sus seguidores
y mucho menos al resto de los venezolanos de que con esta devaluación
el país va por buen camino. No han podido demostrar que al encarecerse
el dólar se fortalece el bolívar “fuerte”. Si bien no estamos ante el
clásico “paquete” económico tipo CAP y compañía, los efectos son
similares: los platos rotos los pagan quienes menos tienen. Y aún no
han comenzado a sentirse todas las consecuencias de este “ajuste”
cambiario.
El regreso de Chávez alegra a buena
parte de los venezolanos, pero no aligera la angustia con respecto a la
economía real y concreta, la que se vive en los estantes de abastos y
supermercados. No mejora el abastecimiento ni hace retroceder ni un milímetro la inflación.
Es una muestra de ingenuidad política
que algunos sectores de la oposición contribuyan a convertir el tema de
la salud del jefe del Estado en un asunto de mayor trascendencia que la
fracasada política económica de su gobierno. Si algo identifica al
pueblo chavista con el no chavista es el padecimiento de los graves
problemas derivados de un mal manejo de la renta petrolera. La
inflación, la devaluación y la escasez no distinguen entre uno y otro.
El culto a la personalidad de Chávez no sólo se cultiva en el chavismo sino también entre algunos sectores que se le oponen. Hacen
del líder rojo rojito el centro de su atención y de sus angustias,
mientras los venezolanos abrimos nuevos agujeros al cinturón.
Durante la campaña presidencial de Bill
Clinton, cuando muy pocos veían como algo probable la derrota de George
Bush padre, uno de los asesores demócratas hizo famosa la expresión “es la economía, estúpido”, para ubicar el debate en lo cotidiano, en lo que realmente afectaba al pueblo norteamericano.
Hoy habría que aplicarle esa frase tanto
al Gobierno, que busca imponer una agenda basada en potes de humo de
todos los tipos y tamaños, como a quienes le restan importancia a lo que
realmente afecta a las grandes mayorías y se van por un camino que termina favoreciendo la agenda oficialista.
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