MUNDO “Ser rico es malo” decía Hugo Chávez. Lo predicaba de puertas para afuera. La realidad es muy distinta.
Aunque el expresidente Hugo Chávez hablaba de la pobreza, sus aparentes bienes demostraría que era un hombre rico.
En el mundo hay 199 países, según la ONU. De ellos, el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, alcanzó a visitar 180. Para ello contaba con una exclusiva flotilla de aviones, adquiridos en su mayoría por PDVSA. El mayor de ellos es un Airbus con capacidad para 90 pasajeros. Este se utilizaba cuando Chávez viajaba con sus inmensas comitivas que incluían funcionarios, familiares, personal de seguridad, médicos y cocineros. Es así como llegaron en una ocasión a París y alquilaron dos pisos del costoso hotel Rafael, donde la noche vale 3.500 euros.
Los otros aviones son un Gulfstream 6-550 que cuesta 50 millones de dólares y alberga 15 pasajeros; un Falcon 900 LX, a un costo de 40 millones de dólares con capacidad también para 15 pasajeros; un Challenger 605 que costó 18 millones de dólares para 10 personas, y un Learjet 60, ocho millones de dólares con capacidad para ocho pasajeros.
En materia de viáticos para viajes no había problemas. Se dice que en el 2011 dos agentes del Gobierno fueron al Banco Central y sustrajeron cinco millones de dólares para un viaje a Moscú, Kiev, Teherán, Damasco y Trípoli. Cuando se le acabó el dinero mandó traer cinco millones de dólares más.
Los aviones constituían solamente uno de los lujos de que gozaba Chávez. El presupuesto anual para ropa y calzado era de 329.000 dólares, 151.000 dólares en productos de tocador, 408.000 para lavandería y 9,5 millones de dólares para el mantenimiento de sus propiedades.
En efecto, la familia Chávez pasó de tener una humilde finca de tres hectáreas en Barinas a poseer 450.000 repartidas en 17 fincas, con costos que van de 400.000 a 700.000 dólares cada una. Entre ellas se destaca La Malagueña, con más de 50.000 hectáreas, a un costo de 380.000 dólares. La hacienda de la familia, La Chavera, pasó de tener 80 hectáreas hace cinco años a 320 hectáreas hoy. Las fincas tienen carreteras propias y para transportarse a la familia les gustan las Hummer, de las cuales tienen 10, a un precio de 70.000 dólares cada una. La flota de carros incluye una Toyota Prado, una Luv D Max, un Grand Cherokee, un Trailblazer, un Ford Mustang y el Bentley que utiliza cuando va a Londres. Y eso que Chávez dijo que “ser rico es malo”. Qué tal que fuera bueno.
No se sabe cuánto tienen en efectivo en el exterior. Ya en el 2004 la DEA estimaba que familia de Chávez tenía una fortuna de 140 millones de dólares. Analistas como Jerry Brewer, de la compañía Criminal Justice International Associates, estiman la fortuna de la familia en 1.800 millones de dólares.
¿Y de dónde viene el dinero? toda la familia está muy bien colocada. Un primo del fallecido presidente, Asdrúbal Chávez, es vicepresidente de producción y comercio en PDVSA. Es decir, todos los contratos de la petrolera pasan por su escritorio. De hecho, desde el 2003 PDVSA no presenta contabilidad.
Asdrúbal no es el único bien colocado. Argenis Chávez, hermano del fallecido, es presidente de la estatal eléctrica Corpoelec. Él fue quien compró La Malagueña. Aníbal, otro de sus hermanos, se ha enriquecido siendo alcalde de Sabaneta, el pueblo de donde salió el clan.
La ‘familia real’, como se les dice en Venezuela, tiene una fortuna incalculable en bienes, vehículos, joyas, ropa y accesorios. La madre de Chávez, Elena Frías, pasó de ser una humilde maestra de escuela a una gran dama que usa anillos en los cinco dedos (ver foto) y lentes Dolce & Gabbana.
Las hijas de Chávez, Rosa Virginia, Rosinés y María Gabriela viajan por el mundo asistiendo a conciertos de Madonna y Justin Bieber, Disneyland Paris, la Patagonia argentina y New York. Hugo, el único hijo varón, maneja a veces el Bentley y otras veces el Hummer. Los relojes de la familia son Patek Philip y Cartier. Antonio, un sobrino, es aficionado a las armas.
Se dice que las hijas de Chávez ya están en Argentina pasando lista a sus propiedades y que piensan instalarse allí. Argentina, el paraíso del lavado de activos, donde también encontró refugio la familia de Pablo Escobar.
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