Una es la Venezuela que conozco y amo. La otra es la Venezuela que
desprecio. Una da la cara porque no tiene deudas con la justicia, la
otra se la tapa porque tiene prontuario. Un habla un idioma que
comprendo, la otra habla un idioma que no entiendo.
Por mucho tiempo la Venezuela que tuvimos se parecía a la de los jóvenes que aparecen en la foto superior. Hoy se parece bastante a la del malandraje que aparece en la foto inferior.
Lo más triste de todo es que el jóven descamisado de la foto inferior era un niño cuando Chávez llegó al poder. Hoy es un forajido, formado en la era del chavismo, un asesino en pitencia, de esos que matan por robarse un par de zapatos. Este es el producto de la Venezuela socialista que vió ingresar a sus bolsillos un millón y medio de millones de dólares y es apenas una factoría de malandros.
Por mucho tiempo la Venezuela que tuvimos se parecía a la de los jóvenes que aparecen en la foto superior. Hoy se parece bastante a la del malandraje que aparece en la foto inferior.
Lo más triste de todo es que el jóven descamisado de la foto inferior era un niño cuando Chávez llegó al poder. Hoy es un forajido, formado en la era del chavismo, un asesino en pitencia, de esos que matan por robarse un par de zapatos. Este es el producto de la Venezuela socialista que vió ingresar a sus bolsillos un millón y medio de millones de dólares y es apenas una factoría de malandros.
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