21/4/13

VERDADESSECAS

Nada más patético  que elegir  gobernantes que sólo piensan en su propio beneficio…. Y si son comunistas, mucho peor.
Nunca como ahora ha sido más evidente el carácter despótico y totalitario del régimen que atosiga a Venezuela de una forma cada vez más evidente, abierta y descarada.
Las máscaras de legalidad, formalismos y –tal como dice uno de los más conspicuos capitostes de la banda- de “locura contenida” únicamente por el otrora fuerte caudillo (ya casi imperceptible en su proyecto originario, aunque inexcusable también desde su origen), ruedan cuesta abajo y se van desmoronando, diluyéndose, en las caras pétreas y sesgadas de los supuestos herederos del “proyecto” comunista originario, el denominado “Socialismo del Siglo XXI”.
Lo que Jean Francois Revel explicaba magistralmente en una de sus mejores obras “El Conocimiento Inútil” se aplica con singular precisión a lo que ocurre en Venezuela: la mentira permanente, la trampa usual retrechera y desaforada, la utilización de bandas de esbirros, bien equipadas, motorizadas, entrenadas y desplegadas estratégicamente, para usarlas sin piedad contra la gente desarmada y aún creyente en un inexistente –para ellos- “estado de derecho”.
El uso indiscriminado de los dineros públicos y de los contribuyentes, cada vez más expoliados e improductivos, para mantenerse en el poder y comprar conciencias y voluntades no sólo nacionales; la toma final de las instituciones del estado al servicio de un proyecto ideológico (con uso de fascios indicativos en los brazos de sus directivos y propaganda profusa en oficinas del Estado) y el desconocimiento insolente – y con cualquier excusa- de aquella mitad que adversa militantemente al régimen y que crecen exponencialmente cada día que transcurre, con mayor vigor, organización y calidad.
¿Es que acaso necesitamos mayores pruebas del carácter mendaz, represivo, atrabiliario y antidemocrático de la banda que se enquistó en el poder?
¿Es que acaso esperábamos –sinceramente- que el castrocomunismo cubano sacara sus manos de Venezuela, siendo que se les va la vida en ello, por haber perdido las elecciones nacionales por unos cuantos cientos de miles de votos?
¿Es que suponemos que todo lo que ocurre no estaba ya suficientemente delineado desde el momento aquel, dos años atrás, cuando Hugo Chávez –uno de los principales generadores del caos actual, repito, injustamente olvidado y casi exculpado por causa de su fallecimiento-  supo que su enfermedad era incurable y aceptó no sólo engañarse, sino engañar a millones de sus seguidores con una elección que –lo sabía- no podría coronar gobernando?
¿Es que creemos que el comunismo –que ahora se presenta con su verdadera faceta represiva, dura, lapidaria, oscura y convenientemente atroz (para evitar resistencias)- se irá de Venezuela por apenas un momento de debilidad que suponen superable?
El que piense que eso ocurrirá, así nada más, por las buenas y sin mayores sudores, lágrimas y sangres –lamentablemente- debe empezar a estudiar lo que es el comunismo y cómo ha sido su devenir en la historia del mundo.
Tal vez un repaso virtual por la historia, con Google y Wikipedia como ayuda obligada, les de alguna luz sobre el tema.

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