El heroismo tiene que ver con la conducta que va más allá de lo razonablemente esperable. A nadie se le pide, por ejemplo, dar la vida por otro ser humano, pero hay quienes lo hacen. A nadie se le pide sacrificar su bienestar personal por el bienestar de su comunidad, pero muchos lo hacen. A nadie se le pide, en suma, ir más allá de las fronteras de una conducta humana razonable.
Pero hay quienes lo hacen, esos
son los héroes. Y los hay, cada uno en su estilo y en la manera como se comportan
en relación con sus vidas y sus contribuciones a la comunidad.
Digo esto porque me informo que nuestro gran amigo Alberto Quirós Corradi
acaba de obtener su Maestría en Bioética, en la Universidad Central de
Venezuela, además de haberle sido concedido recientemente el premio “Gumersindo
Torres”, de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleos, SVIP, por su “ïncansable
servicio al país” en el campo de la industria petrolera.
Incansable es quizás la palabra
mágica que define al heroismo. No es que el héroe no se sienta cansado o hasta
agotado, es que no permite que el cansancio lo derrote.
Alberto Quirós Corradi tiene 82
años y algunas limitaciones de salud que serían muy severas para la inmensa
mayoría de las personas, inclusive para Alberto, pero él las domina. Este hombre
coordina reuniones, escribe todas las semanas sobre la situación del país,
estudia en la Universidad, aconseja, opina, enseña, inspira. Ejerce a tiempo completo
su papel de ciudadano.
Para mí, Alberto Quirós es un héroe de nuestro
tiempo.
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