Este domingo en ‘Aló presidente’, Chávez hizo un aparte para dar la noticia de la tragedia del helicóptero que se cayó en los Andes, y donde murieron dieciocho venezolanos, diecisiete de ellos militares.
Después de anunciar –con absoluta ausencia de pesar en su cara– la tragedia, dijo con una sonrisa de oreja a oreja: “Estaban patrullando la zona… ¡un domingo! Después los gringos dicen que nosotros no vigilamos la frontera”.
Mi mamá tenía infinidad de refranes criollos, hoy me recuerdo dos: “Muchacho que nace marutón, ni que lo fajen chiquito” y “cochino que come m..rda, ni que le quemen la trompa”.
¿Cómo es posible que el Presidente aproveche un momento de solemnidad para esparcir su veneno? ¿Es que, acaso, no le duelen sus hermanos de armas?
Simón Anduze G., Guatire, lunes 4 de mayo de 2009
Una frase de actualidad:
“En mi país lo que ha sucedido es un brutal volcamiento de los cuarteles en la vida civil”. Rómulo Gallegos en Cuba, después de su derrocamiento en 1948
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