"...Los regímenes "bolivarianos" son profundamente corruptos. Por donde se los mire. Como jamás en la región. No es de extrañar, por cierto. Creen que el Estado lo conforman ellos mismos y su entorno inmediato..."
La existencia y accionar del "eje bolivariano", liderado por Fidel Castro y Hugo Chávez, conforman un peligrosísimo fenómeno político-social latinoamericano al que no cabe minimizar. Sus distintos integrantes tienen algunos denominadores comunes.
En primer lugar, procuran el autoritarismo, sin el cual son incapaces de "gobernar", a su manera claro está. Para ello someten a la democracia a un proceso de demolición, basado en la concentración de poder en torno al Ejecutivo. Con ese objeto promueven la democracia "participativa", por sobre la "representativa". Esto supone adoptar un método permanentemente "deliberativo", con el que procuran manipular la opinión pública a través de los "movimientos sociales", a los que controlan por control remoto, como meros instrumentos de su voluntad.
Además, todos concentran fuertemente el poder en el Ejecutivo, transformando al Legislativo en un mero "sello de goma" y controlando al Poder Judicial, de modo de asegurarse que no sea independiente, ni mucho menos imparcial, sino apenas un agente más del Poder Ejecutivo, cuya misión primordial es la de asegurar impunidad frente a todo, sea la destrucción de las instituciones, sea la corrupción generalizada.
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