"Podrá volver Tintín, Capulina y Tin Tan pero esos escuálidos, gobernar Venezuela, más nunca volverán". Recordando a sendos personajes de comiquitas, el presidente de la república, Hugo Chávez, se mostró ayer intranquilo ante los números de las últimas encuestas que revelan un claro descenso en su popularidad.
Pese a asegurar que no podrán sacarlo del poder, le lanzó una advertencia a los opositores: “Ellos ya empezaron, están peleando bastante, por cierto. Claro, quieren ser diputados ahora y muchos quieren ser presidentes; andan sacando cuentas, ya dicen que le ganan a Chávez en el 2012. Yo los espero en la bajadita, compadre, yo nada más que los espero. (Dicen) que ya a Chávez no lo quiere nadie, que se acabó, que ahora sí es verdad. Ponte a contar, chirulí; yo te aviso, chirulí”.
Las recientes cifras de Datanálisis acuerdan que la popularidad del primer mandatario se ubica en 52,8 por ciento, luego del 61 por ciento que ostentaba hasta el trimestre pasado.
Sin el mínimo recato en sus palabras, y dirigiéndose en cadena nacional para celebrar el paciente número un millón de la Misión Milagro, el jefe de Estado se declaró en campaña permanente: “Ellos dicen que yo estoy en campaña, eso es verdad, la campaña mía no termina nunca. Yo empecé mi campaña el 4 de febrero de 1992 y terminará el día que me entierren”.
Aprovechó para calificar de “estúpidos” a los que denuncian al Gobierno de atentar contra las libertades, al tiempo que insistió en su campaña de ahorro energético. Criticó a los “ricos” que “lavan sus carros, llenan las piscinas y riegan el césped con agua potable” e instó a los centros comerciales a que adquieran su propia planta eléctrica.
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