28/9/10

¿Y QUÉ HACER?

Estamos frente a la corrupta polarización de los dos tercios. Este es el único contenido de la campaña electoral que adelantan las cúpulas politiqueras de la llamada cuarta, devenida en nueva o quinta república.



Por ello, quien piense en la Venezuela que será, debe tener claro que el 26S sólo introducirá un cambio numérico en la representación de las fuerzas destructoras que no se plantean una lucha por el poder-hegemonía sino por el turno en el disfrute del mismo.



La situación es de tal descomposición que las oposiciones dan por descontado el triunfo gubernamental y sólo luchan por el logro de un número de diputados que impida al PSUV lograr la mayoría calificada.



Y estas dos minorías, y en particular sus ‘cúpulas putrefactas’, tienen que ser enfrentadas y derrotadas por quienes piensen en la construcción de Otra Venezuela.



Sólo y en la medida en que se pueda destruir el proyecto de los agentes de la invasión que ya alcanza los 517 años, podremos conformar una sociedad con contenido, valores y proyección de colectivo.



Y ante esta acción de los destructores ¿qué hacer? La respuesta de la Cátedra ‘Pío Tamayo’ y el Centro de Estudios de Historia Actual de la UCV es invariable: este es un problema del colectivo que él debe resolver sin Caudillos ni Mesías.



Por esto sostenemos que el problema aquí no es votar o no votar sino debatir, a nivel general, sobre el qué hacer con y por Venezuela, después del nuevo capítulo de la farsa-engaño que montan los dueños del mando-poder.



¿Y cómo construir una fuerza colectiva, capaz de enfrentar la rumba multimillonaria de saqueo-publicidad, dispuesta para convertirla en simple sostén de las cúpulas? ¿Cómo construir una política propia y sin complicidad con la destrucción?



La mayor parte de los venezolanos no puede tener esperanzas en una política que juega al colaboracionismo-corrupción aupado y mantenido por la renta petrolera que sirve de base a estas dos repúblicas de y para la negociación y el reparto-populismo.



Por esto, se trata ahora de conformar una nueva fuerza política que no apunte al privilegio de las cúpulas sino al interés de una mayoría de más del 50% (¿Ni-Ni?) que hoy acusa a las minorías por la destrucción de este ex país. Sancho, y pensar que el 26-Smarmatic oxigenará, vía negociación, esta tragedia más allá del 2012

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