9/10/10

LA DEMOCRACIA según Fidel y sus fans

Francisco Alarcón

El vocablo democracia se ha convertido en una expresión vana que tiene distintas interpretaciones para los encargados de regir los organismos supranacionales, como la OEA, cada quien lo utiliza de acuerdo a su conveniencia e intereses. Pareciera que son varias y distintas las democracias y se juzgan de acuerdo a las peripecias del momento. Así como fue la legislación del Derecho Indiano casuística, igual lo es actualmente para la comunidad internacional agrupada en la OEA el sentido de democracia, y en un ente que llaman Unasur. Los jefes de Estado también hacen usos muy particulares de lo que es democracia, empezando por personajes como Fidel Castro y sus fans que lo toman con la mayor “decencia” cuando ven en peligro sus “feudos”, burlándose de sus pueblos. La democracia necesita de una revisión profunda, de una declaración de principios y un compromiso entre hombres de bien para que puedan preservar su cumplimiento, y no dando lástima cada vez que ocurre un incidente y aparecen inmediatamente los jefes de Estado menos democráticos evocando sus normas y su firme cumplimiento. Todos conocemos la tragedia de Suramérica y sus “democracias” disfrazadas. Aquí corrompen la democracia y comenten los mayores atentados contra ella, irrespetan sus mandatarios los derechos humanos, concentran un poder omnímodo, se mofan de la justicia y de la constitución, pero fueron electos democráticamente, aunque las elecciones hayan sido viciadas; eso es suficiente como para darles un manto inmaculado, que los hace invulnerables a una rebelión popular de las que trató Ortega y Gasset, como procedencia legitima para sacar a un dictador que hace mal uso del poder. Empero, eso no vale nada para gente como Insulza, presidente de la OEA, quien ha demostrado poca autonomía y bastante subordinación a los regímenes menos democráticos de la comunidad latinoamericana, un fantoche con personalidad disminuida, encargado de bendecir lo bueno y lo malo que le indiquen sus tutores. Fidel Castro es la aberración mayor que atenta y mansilla la democracia, la proclama y solicita cada vez que le conviene y es respetuosamente oído. Hay también quienes están dispuestos a luchar por ella hasta la “muerte” y a mandar sus tropas y voluntarios a redimirla. Este término que evoca a la “santísima muerte” entre algunos presidentes del continente, que lo sacan a relucir cuando pierden su popularidad porque son muy “machos” y no permiten ser depuestos. Melodrama o “guapeza” la de Correa en los últimos acontecimientos de Ecuador, cuando leemos desmentidos de los médicos del hospital sobre su supuesto secuestro y rescate. Por cierto, Correa es de los más atrabiliarios presidentes y de vocación comunista manifiesta con actuaciones nefastas para el pueblo ecuatoriano, pero es un gran demócrata que se planteaba a desmontar el parlamento y a adelantar las elecciones para preservar la “democracia” a su favor. Esta gesta ecuatoriana ya muchos la ponen en duda, cuando se trata de gente de reconocidos apegos a la “revolución cubana” y al “socialismo del siglo XXI”, y con crecidas coincidencias a lo ocurrido en Venezuela y a la Bolivia de Evo. Cómo se parecen hasta para mentir con la misma fraseología: de aquí me sacan muerto o presidente. Será Correa de verdad macho como Pancho Villa o un Emiliano Zapata, o será un simple exhibicionista que busca perpetuarse en el poder “democráticamente” con la aquiescencia de la OEA.

Comiencen por enseriarse para redefinir qué es democracia y quiénes son demócratas en este continente porque hay muchas dualidades, Lula en Brasil es demócrata con el mundo desarrollado pero con el resto de los indios y mestizos del continente es camarada y le celebra sus atropellos al pueblo, como si se tratara de situaciones jocosas. Se reúne con los norteamericanos y les promete poner orden en estos confines tenebrosos del comunismo. Mediador de oficio como para solucionar las cuitas entre “Venezuela y Colombia”. Bueno, señores de la OEA pónganse de acuerdo y hagan una lista de quién es quién en esta América convulsa y deshilachada porque los plazos se están encogiendo para ir a dar al barranco. Cuando ustedes se hacen de la vista gorda de los atropellos a la democracia, a la libertad de expresión y a otros dicterios, están apoyando la muerte de pueblos democráticos que viven en desgracia. Ojo con el camarada Correa y sus socios de trajín, porque este sainete como que no se lo comió nadie.

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