La desorientación está en el tuétano de la sociedad. La depresión ronda por ahí y la violencia política se hace cargo, pero el economista, profesor jubilado de la Universidad de Carabobo, Santiago Guevara, suerte de analista del país futuro, no se aquieta frente a tan inédito conflicto político. Doctor de la Escuela de Altos Estudios Sociales de la Universidad de París en técnicas económicas y prospectiva política, habla de la urgencia un nuevo pacto de gobernabilidad. Muestra sus modelos para que la transición política sea válida socialmente y programas de acción en varios lapsos.
-Tenemos que recomponer un acuerdo nacional para arrancar conscientemente hacia la consecución del país que queremos conscientemente, dice con la premura que la decisión requiere
-¿Cuándo comienza esa Venezuela post chavista?
-Puede arrancar hoy si hablamos del mañana
-¿Cuáles son las deficiencias que impiden a la sociedad venezolana abordar hoy los cambios para el futuro? ¿El liderazgo político está preparado?
-Este conflicto político tan complejo, inédito, excusa a la dirigencia de no entenderlo. Estamos en unas circunstancias que los economistas llamamos "juego suma cero". Se plantean dos proyectos antagónicos de país, gana uno u otro, no hay combinación posible. O es una sociedad totalitaria revestida de comunismo o libertaria cargada de democracia y progreso.
-Partiendo de la realidad de que Venezuela cambió para siempre invocandose la justicia social para justificar su accionar ¿Cómo avanzar en ese país radicalmente distinto donde los sectores excluidos se han politizado?
-Yo utilizaría más bien el término de ideologización. Si algo se requiere con urgencia es la politización de la sociedad, en el sentido de un país más cívico, más creyente en valores republicanos, con mayor socialización política. La sociedad tiene un conflicto entre modelos distintos y el liderazgo alternativo, el llamado a sustituir al régimen agrupado en la ´mesa de la unidad´, sólo ha manejado el enfoque electoralista como si en Venezuela hubiese normalidad democrática. Esto ha llevado a la inmovilización de la sociedad, que ahora comienza a despertar.
-¿Cómo la dirigencia puede superar el electoralismo?
-Hay cuatro componentes: Interesarse en la lucha por las condiciones sociales como lo hicieron los fundadores de la democracia. Rómulo Betancourt nunca dejó de luchar por la amnistía general, el regreso de los exiliados, liberación de los presos políticos, cese de la persecución. Era un convencido que cuando hay acoso a los medios de comunicación la tendencia es dictatorial. Lo segundo es no aceptando incondicionalmente las modificaciones de las condiciones electorales de acuerdo a la conveniencia del Gobierno. Se le otorga confianza al árbitro cuando sabemos que no es más que un ministerio electoral del régimen. Lo tercero, es ganar elecciones. Pero, ¿cómo se garantiza el triunfo? Mostrando una propuesta de país alternativo. Se gana elecciones concretando acuerdos. Se gana elecciones con propósitos claros, atendiendo los problemas, presentando alternativas mejores a las del gobierno. Se gana elecciones haciendo política antes que actividad electoral. Los políticos de la fuerza democrática tienen que lograr un nuevo bloque electoral histórico, no una nueva mayoría como pregonan. Lo que viene no se resuelve ganando elecciones, el reto es crear un nuevo ciclo de democracia, lo cual no se alcanza con mayoría electoral, sino una mayoría social y política.
Un país negativo en valores
-Si la sociedad está tan lastimada y resentida, enfrentados por el odio porque el otro tiene lo que yo necesito, ¿cómo lograr ese bloque social?
-Pasando de un país de enfrentamientos al de la complementariedad ¿Qué quiero decir con esto? Pongamos de acuerdo cómo crear riqueza. Yo diría que es más pertinente que tu pregunta, plantearse cómo hacer para que Venezuela en lugar de vivir ´comiéndose los hígados´ decida convertirse en un país cada vez más productivo y luego proceder al reparto.
-El Presidente ha aumentado su popularidad luego del proceso electoral de 42% a 47%. Abona el camino hacia la clase media necesitada de resolver su problema de vivienda.-Te responderé como el ex presidente Luis Herrera Campins le contestó al ex presidente Jaime Lusinchi: "Tardes piaste pajarito". Es tal deterioro social en razón de la economía, las desventaja política incluso en el plano electoral y la imposibilidad del presidente Chávez de ofrecer futuro a todos, que limita cualquier intento suyo de recapturar un nuevo bloque. Está enfrentado a un gran problema: no tiene nada nuevo que ofrecer. Quizás pueda recomponer su fuerza parcialmente, sabiendo que su situación general es adversa desde el punto de vista social, económico, político, electoral y me atrevo a decir, militar.
-¿Cómo se atreve a opinar sobre la situación militar?
-Somos profesores universitarios y le damos clase a los militares -suelta una carcajada cómplice y pregunta- ¿Eso no va a salir verdad?
-¿Cómo es esa Venezuela post chavista que presenta en su libro?
-Es un país con propósito. Hasta ahora no hemos tenido algo distinto que aprovecharnos del petróleo.
-Me refiero a ese país finalizado el periodo de gobierno del presidente Chávez, lo interrumpo.
-¿Te refieres al día D?, repregunta.
-Asiento con la cabeza
-Será un país en valores negativos, por la pérdida del músculo productivo y el desmantelamiento institucional. Habrá dificultades para la reconstrucción, porque se estará trabajando en el vacío. Guayana habrá que recuperarla porque está destruida.
-¿Se logrará en medio de tanto reclamo social, odio y resentimiento sobre el cual el presidente Chávez ha consolidado su fuerza política?
-Sí. Satisfaciendo las necesidades inmediatas de los más vulnerables. Hay que huir hacia adelante creando un nuevo pacto social, un modelo de gobernabilidad, atendiendo las urgencias de los sectores en conflicto. Hay que aprender manejar el torbellino entre las necesidades sociales y los sectores politizados.
-¿En qué se basa esa distinción?
-Pueden coincidir las necesidades la de los sectores que se sienten víctimas de abandono del Gobierno y la de los intelectuales, profesionales o políticos que no están satisfechos con su calidad de vida y pueden aglutinarse alrededor de una propuesta democrática, que les resuelva su bienestar. Habría que cambiar algunos anclajes políticos e institucionales duro, es mi propuesta. ¿Cuáles son? Constitución, pacto social, sistema electoral, porque al final del periodo constitucional se estaría pasando de un manejo totalitario del país a uno democrático por la vía del consenso. Esta no es toda la respuesta. Hay que estar consciente que habrá que usar el gasto público para viabilizar la transición. Ganarte la voluntad de la sociedad a través de la inversión social. Convertirse en un ´don regalón´.
-¿Y cómo abordar el tema de las milicias?
-Las milicias no tienen ningún sentido en una democracia. No puede permitirse ese tipo de grupos que manejan la violencia política. La violencia legítima tiene que ver con las fuerzas armadas y los cuerpos de seguridad del Estado, el resto sobra.
El país tumultuario y mediático
-¿Cómo integrar un nuevo bloque social entre los diferentes sectores, algunos ideologizados formados para operaciones de guerrilla urbana y fuerza de choque como se ha observado en la ocupación de bienes en las ciudades? ¿Qué le corresponde hacer a cada venezolano para propiciar la integración social?
-Todo lo relacionado con la violencia ilegítima tendrá que ser manejado como un tema de seguridad. Pero dentro de esos grupos hay cuadros políticos que tienen derecho legítimo de participar en la lucha política. Al final, no se trata de salir de la pretensión hegemónica de unos, para imponer la de otros. Ahora la democracia no puede permitirse el lujo de que se le desborde ese tipo de grupos que se mueven en el plano de la violencia ilegítima y la delincuencia.
-¿Estima que el país está consciente sobre las consecuencias del avance de la revolución socialista?
-Las últimas cadenas del Presidente han demostrado que éste es un gobierno mediático y tumultuario. Es montar un espectáculo con acciones que pueden ser manejadas por los funcionarios de la administración pública y convirtiéndolas en tumulto para justificar una decisión de alto gobierno.
-Una de las ventajas del actual proceso es la politización de la sociedad.
-Tú lo llamas politización, yo lo llamo clientelismo, asistencialismo y en algunos casos ideologización, atributos que deben ser superados en el mediano y largo plazo. Tarea importante: una fuerte campaña mediática educando en valores. Se trata de iniciar un nuevo ciclo de democracia, no de retornar a los años 90. Es obligante convertirlo en planes, proyectos y acciones. Difiero de tu apreciación sobre la politización, más bien creo que hay una situación de comodidad frente a ´don regalón´, capaz de satisfacer las necesidades de ciertos sectores para mantener su popularidad, al costo de la destrucción del país. Está desarrollando acciones focales proselitistas hacia aquellos grupos que le pueden garantizar su permanencia en el poder, sacrificando el interés general.
-Hay acciones que gozan de simpatía porque de una u otra manera vengan alguna injusticia vivida...
-Estamos contrastando país contra país. Todo el esfuerzo para que se comprenda este conflicto político está orientado para que algún día seamos un país serio. Nos estamos quedando atrás. A comienzo de esta década el puerto de Puerto Cabello era el quinto de Latinoamérica, ahora estamos en el octavo.
-Pareciera que trastocando valores, como impedir desalojos aun cuando haya sido demostrado incumplimientos de contrato e insolvencia en el pago de la renta puede comprar fidelidad y amalgamarse mayorías.
-Eso no crea fidelidad.
-De nuevo la pregunta ¿Cómo reconciliar al país y propiciar el acercamiento necesario para la construcción del pacto social?
-Vamos a verlo como un proceso: Tenemos un conflicto que se resuelve de diferentes maneras. No niego que al final, haya una transacción entre los sectores del viejo y nuevo régimen político. Permíteme explicarte las diferentes tipos de transiciones y no me acuses de teórico: Pueden ser por transacción como la de Pinochet, por colapso como la de Pérez Jiménez y transición por cooptación: el grupo en el poder se arroga el derecho de tomar las decisiones; se va el gobernante, pero se quedan sus ministros mandando como pasó los primeros días en Túnez. El tipo de proceso definirá el punto de partida. Lo fundamental es tener un proyecto claro de país, que enamore a la sociedad para el inicio del ciclo político. Fundir corazón y cerebro en la acción, para superar las acechanzas de la violencia política.
-¿Los venezolanos hemos aprendido la lección?
-Unos sí y otros no. Lo paradójico es que los que menos han aprendido son los dirigentes políticos. Actúan como si en el país hubiese normalidad democrática. El inmovilismo impuesto por los partidos políticos está en la memoria colectiva y es la causa de que la sociedad no reaccione frente al atropello. Venezuela está llena de conflictos. Son una caja de Pandora, siempre se sabe cómo comienzan pero no cómo terminarán.
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