27/5/11

“Resistiremos con ñame y sardinas” nuestras armas secretas…

Se enfrentan muchas opiniones y son diferentes las visiones sobre las sanciones que el gobierno de los Estados Unidos aplicará a la empresa estadal Petróleos de Venezuela PDVSA, luego que después de varios meses de declaraciones desde el Departamento de Estado y el Congreso de Estados Unidos, este pasado martes, se anunció la imposición de sanciones unilaterales a Petróleos de Venezuela por su relación comercial y participación en el sector energético iraní, cuestionado desde Washington por su utilización en el programa nuclear armamentístico que lleva a cabo Teherán.
Tocó al subsecretario de Estado norteamericano, James Steinberg, explicar que las sanciones le impedirán a PDVSA obtener contratos con el gobierno de los Estados Unidos así como financiamiento para importar y exportar desde ese país. A la vez ha dejado en claro, que la sanción no impide la venta de petróleo de PDVSA a Estados Unidos ni incide en la operación de Citgo, refinadora de la estadal petrolera venezolana.
Ante esto, me parece prioritario resaltar que una medida como ésta ha venido a brindarle a Hugo Chávez y su banda un argumento para volver con el manoseado cuento del plan del Imperio para cercar a Venezuela y de una u otra manera lograr el anhelado propósito de Chávez de parecerse al tiranosaurio Castro, en su rol del Super Ratón contra los malvados gringos que le boicotean y no le dan el chance de instaurar en la mazmorra cubana la felicidad tantas veces cacareada.
Pomposamente ridículos aparecieron dos mamarrachos rojos, los ministros de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, ambos incondicionales del militarote anunciando que el Gobierno venezolano "evalúa" el alcance de las sanciones de Washington a PDVSA, incluyendo la situación del suministro de 1,2 millones de barriles diarios de crudo a Estados Unidos. Ya deben estar respirando tranquilos, Chávez y su atajo de chulos extranjeros, porque según se sabe las sanciones no tocan la compra de petróleo…
Un fanfarrón chofer de autobús elevado a canciller aparece tan parecido al Profesor Jirafales de la conocida serie El Chavo del 8, pretendiendo asustar al decir que “la respuesta formal de Venezuela, proporcional a este acto, será anunciada en algunos días”… y por supuesto en la tónica cubana, que es finalmente el estilo imperante, asegura que las sanciones de Washington "constituyen una acción hostil al margen del derecho internacional, y violatorias de la Carta de la ONU". A esto agregan la respuesta de Rafael Ramírez, un tío con la mejor cara de tonto bien administrada, señalado de cuanto manejo turbio puede imaginarse y verdugo implacable que ha destruido nuestra industria petrolera y que dice que Venezuela no teme a las sanciones y que "tampoco vamos a discutir las razones que tenga la administración norteamericana, pues Venezuela es soberana en sus decisiones".
Aquí es obligante mis estimados oyentes que les cuente que estas bravuconadas patrioteras de estos farsantes quedan sin efecto al saberse ya que Comité de respuesta a la crisis frente a la medida de Estados Unidos contra Venezuela, lo dirigen cubanos castristas ¿Qué tal?
Tendremos con seguridad unos cuantos días de peroratas patrioteras, de baladronadas al más puro estilo castrista ya que son ellos los que están generando las respuestas, y por supuesto, esto brindará una cortinita de humo sobre los miles de problemas graves que atosigan al venezolano desde que esta peste roja se ha impuesto… El fan de Marulanda que es ahora el presidente del Poder Legislativo, Fernando Soto Rojas, afirma ante esta oportunidad única de dramatizar que “resistiremos con ñame y sardina pero no hipotecamos nuestra dignidad como pueblo”. ¡Infinita cursilería!
Más que prestarnos a ser coro de este show palurdo que cubanos castristas están montando, hay que preocuparnos por la realidad de un país saqueado, un país alineado a lo peor del planeta. Un país cuya soberanía Chávez ofrendó al tirano Fidel Castro y a otros tiranillos abyectos que le resultan atractivos… Estar pendientes, muy pendientes –como lo afirma el economista José Guerra- que la ¡otrora poderosa PDVSA hoy es una empresa que da lástima.

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