- El reciente acuerdo alcanzado en Cartagena de Indias entre los presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Hugo Chávez –representado por su canciller Nicolás Maduro para la ocasión-, respectivamente, es una auténtica trampa de relojería como se verá en los próximos meses. El acuerdo, que prevé el regreso del ex presidente-bufón Manuel Zelaya junto con todo su anterior equipo a Tegucigalpa, constituye, en primer lugar, el triunfo de la impunidad, pues deja sin efecto todos los delitos cometidos durante los años del cantinflesco mandato zelayista. Incluso se “olvidan” de los cargos de narcotráfico que pesaban contra Zelaya.
- Y, en segundo lugar, se permite la constitución de un partido antisistema en la línea del pensamiento del “socialismo del siglo XXI” en Honduras, tal como ya han anunciado los líderes de la mal llamada “resistencia hondureña”. Ahí, en Tegucigalpa, quien realmente resistió fue el ex presidente Roberto Micheletti, el hombre que salvo a las instituciones democráticas de este país y que permitió la celebración de unas elecciones libres que dieron la presidencia al actual presidente, Porfirio Lobo.
- Ahora, como si nada hubiera pasado, Zelaya regresa al país, descargado de toda responsabilidad en los consabidos casos de corrupción que hubo en su mandado, en la vulneración del orden constitucional hondureño y en la campaña inspirada en el exterior por él y los suyos para desacreditar y machacar a su abatida nación, algo que en cualquier país del mundo le hubiera servido para ser encausado por un delito de alta traición. Sin embargo, con la ayuda de Chávez y la progresía internacional, junto con otros tontos útiles, como diría Lenin, Zelaya mantuvo la llama de “resistencia” y desde un lujoso resort de la República Dominicana mantuvo incólume su liderazgo en estos casi dos años.
- Zelaya, con su ideóloga al frente, la ex canciller y ferviente comunista Patricia Rodas, vuelve a la carga sin arrepentirse de nada y exhibiendo su discurso chavista y socialista. De nada sirvió el trabajo desarrollado por la administración anterior a Lobo, desmontando los planes de Zelaya para reelegirse y sentar un nuevo régimen e incluso sus conexiones con el narcotráfico, pues todo eso ya es pasado y el reciente acuerdo establece una suerte de borrón y cuenta nueva que tendrá consecuencias nefastas; a partir de ahora la violación de la Constitución hondureña por parte de cualquier de sus mandatarios quedará impune y así se habrá legalizado tan infame conducta.
- LOS PELIGROS QUE ACECHAN
- ¿Y cuáles son los motivos que han llevado a Lobo a aceptar las reglas de juego impuestas por ese misteriosa pareja que forman el indescriptible tándem Santos-Chávez? Se entiende que el presidente Lobo tenga prisa por que su país sea readmitido en la Organización de Estados Americanos (OEA), pues dará una proyección externa e interna de normalidad política, pero el coste ha sido demasiado alto para no tener severas dudas acerca de si tal reintegración merecía la pena al coste del regreso de Zelaya a la vida civil.
- El peligroso caballo de Troya del chavismo, desactivado durante casi dos años en Honduras por obra y gracia de un ejército que cumplió con su deber constitucional e institucional y supo estar a la altura de la circunstancias, regresa triunfante, impune e inmune con su capacidad de destrucción intacta. Si alguien cree que Rodas y sus seguidores, llamados los “patricios” por quienes conocen bien sus andanzas, no tratarán de socavar el orden político hondureño y hacerse con el poder utilizando todos los medios, incluidos los democráticos, se equivoca. Lo van a intentar desde el primer el primer día y Lobo debería haber aprendido que Chávez nunca ceja en sus aspiraciones desestabilizadoras; Centroamérica sigue siendo un objetivo estratégico del proyecto chavista y Honduras puede ser la punta de lanza desde donde atacar al “imperio”, es decir, a los Estados Unidos.
- Si alguien en su sano juicio cree que la “operación Honduras” ha concluido y que la tranquilidad a este abatido país ha llegado, es que no conoce a Chávez y de lo que es capaz de hacer para extender su poder en todo el continente. Es más que seguro que en los próximos meses se allane constitucionalmente y políticamente el camino para que Zelaya pueda presentarse a los próximos comicios presidenciales y legislativos; más tarde también se permitirá la reelección, siguiendo el modelo instaurado por la “franquicia” chavista, como muy bien dice el analista venezolano Pedro Carmona.
- CRISIS NO CONCLUIDA
- Para los que pensábamos que la crisis hondureña había concluido con la elección de Lobo y la celebración de las elecciones, gran éxito del ex presidente Micheletti, este capítulo nos sumerge de nuevo en la zozobra y en la incertidumbre con respecto a la suerte de uno de los países más pobres de América Latina. La intentona golpista auspiciada por Chávez, con la ayuda del presidente Zelaya y sus acólitos, entra en una nueva fase, casi distinta pero no alejada de sus verdaderos objetivos: ocupar el poder por la vía democrática para después subvertir el orden político y constitucional y sentar un nuevo régimen de corte autoritario, en la línea del nazismo y el fascismo de los años treinta. Ese es el verdadero proyecto, el auténtico golpe de Estado que está en ciernes.
- Lo más extraño en todo este turbio juego es el papel del presidente colombiano, Santos, que ha urdido con la ayuda de Chávez este plan que permite el regreso de Zelaya a Tegucigalpa. Son ya muchos los que piensan en Colombia, incluido el ex presidente Álvaro Uribe, que Santos se está prestando al juego de Caracas para obtener réditos políticos y económicos, como haber conseguido recientemente la secretaría general de la Unasur para una colombiana. ¿Pero realmente el “producto” obtenido merecía pagar el precio de la humillación – Chávez llegó a considerar a Santos una “amenaza”- y esta claudicante actitud de apaciguamiento ante el gorila de Caracas? Por los visto en estos días, ante el espíritu pusilánime y cobarde exhibido en Cartagena, los Chamberlain y los Daladier abundan en todas partes, incluso en el Caribe colombiano. Qué lástima.
27/5/11
Ricardo Angoso asegura que el regreso de Zelaya a Honduras, es otro tanto a favor de Hugo Chávez
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