27/1/12

Las FARC forman parte del gobierno de Chávez en Venezuela

De acuerdo a varios correos electrónicos citados por la revista colombiana Semana, el general Henry Rangel Silva, quien asumirá oficialmente el Ministerio de la Defensa este lunes en un acto público donde participará el presidente Hugo Chávez, tendría una amistad de vieja data con Timochenko, quien remplazó a Alfonso Cano como jefe de las Farc.
“Rangel dice que cuando necesitemos cruzar a Venezuela lo hagamos sin dar visaje”, dice un supuesto email enviado por Timochenko a Raúl Reyes, fechado el 13 de marzo de 2006.
Lea a continuación el reportaje publicado por la Revista Semana:
El amigo de Timochenko
Cuando hace menos de dos meses Timochenko reemplazó a Alfonso Cano como jefe supremo de las Farc, las especulaciones giraban alrededor de si este cambio significaría mayores o menores posibilidades de una negociación con la guerrilla. Y eso, sumado a la llegada, un año antes, de Santos al poder y a la distensión del nuevo gobierno con el gobierno venezolano, daba la impresión de que se estaba creando un escenario distinto de lo que fue la pugnacidad de la era Tirofijo-Chávez-Uribe. Sin embargo, la noticia de que el nuevo ministro de Defensa de Venezuela es el general Henry Rangel Silva da pie para interpretar que se puede estar creando un escenario bastante diferente.
Las investigaciones que se han llevado a cabo desde que se divulgó esa noticia han sacado a flote detalles, algunos olvidados y otros desconocidos, sobre su trayectoria.Se sabía que Henry Rangel Silva había sido la mancorna de Chávez en el fallido golpe de Estado de 1992 y que los dos habían acabado encarcelados. También se sabía, según quedó grabado por el FBI, que había sido el hombre clave en el escándalo de la valija con 800.000 dólares que envió Caracas para ayudar a elegir a Cristina Kirchner. Y a las agencias secretas de Estados Unidos y Gran Bretaña no les cabe duda de que el general ha sido parte del llamado Cartel de los Soles, que es el término que se utilizó hace unos años para refirirse a la tolerancia de militares venezolanos con el narcotráfico, lo cual produjo la inclusión de su nombre en la Lista Clinton.
Pero lo que no estaba claro era que él era el eje central de la conexión Chávez-Farc. Y la confirmación de este hecho puede tener serias implicaciones para Colombia en el futuro cercano. Esa alianza, que revelaron los computadores de Raúl Reyes, tuvo su origen en una reunión clandestina entre Rangel y Timochenko en marzo de 2005. En ese momento, el primero era apenas coronel y viceministro de Vivienda y el segundo, un miembro del Secretariado de esa guerrilla. Para entonces, si bien había convivencia entre las Farc y el gobierno venezolano, no había una gran cercanía entre ambos. En todo caso, según lo demuestran los emails no publicados hasta la fecha, no había línea directa entre el presidente Hugo Chávez y el grupo subversivo.
Poco tiempo antes de esa reunión había tenido lugar un episodio denominado ‘el incidente de Apure’ en el cual, en un enfrentamiento entre las Farc y el Ejército venezolano, se produjo la muerte, cerca de la frontera, de cinco soldados y una ingeniera en el vecino país. La masacre causó gran consternación en Venezuela y Chávez se indignó. A los seis días de los hechos, en un primer correo, Raúl Reyes le comentó a Jojoy que los militares venezolanos tenían suficientes pruebas de que las Farc eran las culpables y que en esas circunstancias era mejor reconocer la responsabilidad.
En los correos se nota la desesperación de los jefes guerrilleros. El llamado ‘canciller’ de las Farc, Rodrigo Granda, les cuenta a Raúl Reyes y a Iván Márquez que se reunió con un funcionario venezolano y este le dijo: “El jefe –refiriéndose a Chávez– está indignado y exige una explicación detallada de lo ocurrido. Los militares venezolanos no se van a quedar con estas”. Y al final concluye: “Se está desbaratando todo un trabajo que habíamos construido”.
Fue en ese contexto que Timochenko le hizo una invitación a Rangel. Y este, a pesar de ser apenas un viceministro, la aceptó sin consultar a Chávez. De esta cumbre de ‘mandos medios’ surgió el matrimonio Chávez-Farc.
En el email (ver recuadro) en que Timochenko le informa al Secretariado las conclusiones de ese encuentro señala, entre otras, que: “Rangel quería empaparse de cómo estamos en general, lo del Plan Patriota, etc. Y a expresar su preocupación en el sentido de que en la medida que el Presidente ha ido implementando un discurso público contra nosotros, a la par se han ido congelando las relaciones. Él dice que lo del discurso público se puede explicar, pues se trata de quitarse los perros de encima, pero lo del congelamiento sí lo tiene muy preocupado, pues no quiere creer, por lo que conoce del jefe y lo que han conversado, de que se trate de una posición definida en contra de nosotros. Le dije que exactamente era la preocupación de la dirección de las Farc y en especial de nuestro comandante y de ahí también el interés de hablar con él a sabiendas que tiene fácil acceso al Presidente”. El hoy comandante de las Farc agregó en ese entonces que, como señal de reconciliación con Chávez, se comprometían a nunca secuestrar en territorio venezolano. Como Rangel había asistido a esa reunión sin pedirle permiso al Presidente, se despidió diciendo: “Primero tengo que mirarlo a los ojos y ahí sí definir si le planteo el tema. No vaya a ser que salga regañado por meterme en algo en lo que él no me ha mandado”.
Todo indica que Chávez no se puso bravo. De ahí en adelante comenzaron a descongelarse las relaciones y a crearse la alianza entre la revolución bolivariana y las Farc. Un año después aparece otro email de Timochenko a Raúl Reyes en el cual se registra que tuvo una segunda reunión con Rangel, esta vez con la bendición de Chávez, quien había ascendido a su nuevo enlace con las Farc a jefe de la Disip, es decir, de la Policía política. Para esa época los vínculos entre los insurgentes y Venezuela se habían estrechado y las prioridades eran logísticas. Es necesario, dijeron en esta nueva cumbre, “organizar un mecanismo que se encargue de esa relación” y, según el email, Rangel les pidió que tuvieran comprensión con la situación de Chávez “ya que los gringos los tienen asediados por los cuatro costados”, pero aun así “nos recomienda que nos mantengamos del otro lado pero que cuando necesitemos cruzar (a Venezuela) lo hagamos sin dar visaje y con todo el cuidado del caso”.
Por esos mismos días Rangel se reunió también con Iván Márquez, el otro jefe de las Farc que opera desde Venezuela. En un correo a Tirofijo en el que hace el reporte de la visita, Márquez dice que, a través de Rangel, Chávez manda decir que “no ve con malos ojos a la insurgencia colombiana. Es la misma lucha”. Un año y medio después, a finales de 2007, tiene lugar la famosa reunión en el Palacio de Miraflores en la que Chávez recibió a Iván Márquez y a Rodrigo Granda. Como en ese momento Chávez estaba autorizado para ser mediador en la liberación de los secuestrados, la cumbre no se hizo clandestinamente y hubo fotos de la misma que le dieron la vuelta al mundo. Lo que no se supo fue que en el informe que le mandaron Márquez y Granda a Tirofijo como resultado del encuentro señalan que en todo momento estuvo presente el general Rangel Silva “gran amigo de Timo (Timochenko) a quien quiere visitar después del 2 de diciembre”. Como en ese momento el matrimonio se encontraba en plena luna de miel, anotó que el Ejército venezolano veía con buenos ojos lo que ellos llamaban “el plan estratégico de las Farc”. A esto agregó que “tenemos amistad y buena empatía por lo menos con cinco generales. Chávez impartió delante de mí la instrucción de crear en la frontera sitios de descanso y atención de enfermos y designó una especie de Estado Mayor para estas relaciones. Chávez dio a entender que ayudaría, sin importar que se diera una situación de confrontación”.
Por más escandalosas que sean estas revelaciones, no son las únicas. Y, aunque parezca increíble, hay cosas aún más graves. Una serie de emails, en los cuales ya no está involucrado directamente Rangel, dejan en evidencia que la semilla que él sembró con Timochenko en 2005 había germinado en un frondoso bosque. En un correo electrónico de Iván Márquez al Secretariado, en el cual da cuenta de la buena salud de que goza esta singular alianza, anota que “ante el tema del préstamo a 4 y 6 años (de 300 millones de dólares de Venezuela a las Farc) es necesario una coordinación de esfuerzos y tener una entrevista directa con el Presidente para tratar esos aspectos gruesos”. Pero tal vez lo verdaderamente grueso es que Iván Márquez registra con agradecimiento el ofrecimiento que le hicieron los generales venezolanos de “aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir algunos contenedores con destino a las Farc”. La única condición que pusieron los representantes de Chávez en ese momento, para empaquetar el armamento de la guerrilla, es que no fuera de la misma característica del material bélico que estaba comprando Venezuela.
Con todos estos antecedentes, no exagera Mauricio Vargas en su columna cuando afirma que, ante la mano que Juan Manuel Santos le había tendido a Chávez, esto no podía ser interpretado sino como un portazo. En Venezuela, en cambio, el nombramiento ha sido visto como un acto electoral por dos motivos. En primer lugar, porque Rangel ha manifestado públicamente que no va a permitir la llegada de la oposición al gobierno. Por lo cual se ha entendido que, ahora bajo su mando, las Fuerzas Armadas no estarían dispuestas a reconocer un triunfo de la oposición en las elecciones que se llevarán a cabo el 7 de octubre de este año. Por otro lado, como Rangel fue incluido en la Lista Clinton en 2008 y a Chávez le gusta enarbolar la bandera antiyanqui especialmente en épocas electorales, se ha pensado que el mandatario espera que retar al Tío Sam le siga dando dividendos políticos.
Pero en Colombia la lectura es otra. El actual gobierno ha caminado sobre cáscaras de huevo y se ha tragado muchos sapos para mantener una especie de tregua con un gobierno que había sido evidentemente hostil en el pasado. Los colombianos habían apoyado al presidente Santos con la filosofía de que es mejor un mal arreglo que un buen pleito. La guerra fría que había entre los dos países le estaba generando perjuicios económicos enormes a ambos. Sin embargo, se esperaba que Chávez, quien ya había sido ‘pillado’ y quien tenía la lupa de la opinión pública internacional encima, iba a tener que dar muestras de algún tipo de distanciamiento con las Farc. Darle el ministerio de Defensa al amigo de Timochenko, en momentos en que se sospecha que este puede estar aún en territorio venezolano, es casi un acto desafiante.
Los reveladores ‘emails’

“Rangel está convencido de la necesidad de cultivar la relación con las Farc”
En este correo, enviado el 14 de marzo de 2005, Timochenko informa al Secretariado de una reunión que sostuvo con el entonces coronel Henry Rangel Silva, en ese entonces viceministro de Vivienda. Esta cumbre es el comienzo de lo que luego se convirtió en una alianza entre las Farc y el gobierno de Venezuela. Rangel se reunió sin el permiso de Chávez y mostró, según el reporte que dio Timochenko, un compromiso total con la guerrilla.
“Camaradas del Secretariado, fraternal saludo.
Conversé con el coronel Rangel (próximo a ascender a general), actualmente es viceministro de la vivienda. Está acompañando a Chávez desde cuando en la academia comenzó a organizarse el primer grupo de bolivarianos, en el golpe, en la cárcel, bastante tiempo de edecán, etc. (…)
Ahora vino por su cuenta a raíz de una invitación que le hice. Quería empaparse de cómo estamos en general, lo del Plan Patriota, etc. Y a expresar su preocupación en el sentido de que en la medida que el presidente ha ido implementando un discurso público contra nosotros, a la par se han ido congelando las relaciones. Él dice que lo del discurso público se puede explicar, pues se trata de quitarse los perros de encima, pero lo del congelamiento sí lo tiene muy preocupado, pues no quiere creer, por lo que conoce del jefe y lo que han conversado, de que se trate de una posición definida en contra de nosotros. Le dije que exactamente era la preocupación de la dirección de las Farc y en especial de nuestro comandante y de ahí también el interés de hablar con él a sabiendas que tiene fácil acceso al Presidente.
Le comenté que nuestra posición frente al proceso seguía siendo la misma, se mantenía nuestra solidaridad incondicional y que los compromisos adquiridos seguían vigentes incluida la decisión de no secuestrar en territorio venezolano, y que de llegarse a dar hechos contrarios a ese compromiso estuvieran seguros que no estaban orientados por la dirección (…).
Se fue con el compromiso de abordar el tema con el jefe (Chávez), no asegura en qué momento lo haga.
Quedamos de que en lo que más hay que insistir es en la designación de alguien que de forma oficial y con acceso directo al jefe mantenga la relación con nosotros, pero además esté convencido de la necesidad de cultivar y mantener esa relación. Él es de la opinión que la gente que han nombrado para eso nunca ha jugado su papel por falta de interés y falta de comprensión de lo que significamos nosotros como aliados estratégicos.
Recomienda sí que tomemos medias en nuestros desplazamientos en el transporte de cosas delicadas (me echó el cuento de unos computadores que cogieron en una alcabala) y en las relaciones con mandos fronterizos porque no ha sido posible ubicar en esos puestos a cuatros de verdad comprometidos (…)”.
“Rangel dice que cuando necesitemos cruzar a Venezuela lo hagamos sin dar visaje”
En este correo del 13 de marzo de 2006 Timochenko le cuenta a Raúl Reyes sobre una nueva reunión con el general Rangel, quien ya había sido nombrado jefe de la Disip (la policía política de Venezuela). Rangel les dio un parte de tranquilidad sobre las reuniones de su gobierno con el de Colombia y les dijo que los acuerdos a los que llegaban no se cumplían.
“(…) acá llegó (Rangel). Le di la información que por acá se maneja y que le puede ser útil. Me aseguró que habló con el jefe (Chávez) sobre las preocupaciones que la vez pasada le expresé, él manifiesta que no ha cambiado de opinión sobre nosotros, que es claro que falta organizar un mecanismo que se encargue de esa relación pero que no ha podido, que entendamos que los gringos lo tienen asediado por los cuatro costados, que nos mantengamos del otro lado y cuando se necesite cruzar lo hagamos sin dar visaje y con todo el cuidado del caso, que la opinión dada por el ministro del Interior (Jesse Chacón) sobre nosotros en días pasados no fue una orientación, que le tocó llamarle la atención y que eso es resultado del enamoramiento que Peñate (el del DAS) está ejerciendo sobre él. Que no nos preocupemos por lo de las reuniones que ha habido con el DAS, para ellos es claro que se trata de una estrategia electoral de Uribe, allí ellos les mostraron las fotos nuestras para que en caso de que nos encontraran, nos entregaran, ellos igualmente les mostraron las fotos de Mancuso y compañía para que se los entregaran, en conclusión, dice él que estuvo en esa reunión, son acuerdos que cada uno sabe que no van a cumplir (…)”.
“El general Rangel quiere visitar a su gran amigo Timochenko”
En el informe sobre la reunión que tuvieron en el Palacio de Miraflores los jefes guerrilleros Iván Márquez y Rodrigo Granda con el presidente Hugo Chávez se habló de la estrecha relación entre el hoy ministro de Defensa de Venezuela y el jefe supremo de las Farc. El correo es del 12 de noviembre de 2007.
“8. Ya de salida hacia acá hablamos un poco con el general Rangel Silva, jefe de la Disip, gran amigo de Timo a quien quiere visitar después del 2 de diciembre. Él participó en el almuerzo donde nos reunimos Chávez, elenos y Farc. Está encargado de la seguridad de los elenos.
Las relaciones con el ejército están muy próximas a lo que plantea el Plan Estratégico. Tenemos amistad y buena empatía por lo menos con 5 generales. Es más, Chávez impartió delante de mí la instrucción de crear en la frontera sitios de descanso y atención de enfermos y designó una especie de estado mayor para estas relaciones. Chávez dio a entender que ayudarían sin importar que se diera una situación de confrontación”.
“Estamos en la misma lucha”
En el mismo marzo de 2006, después de visitar a Timochenko, el hoy ministro Henry Rangel Silva se reúne con Iván Márquez. Este le escribe al entonces comandante de las Farc, Manuel Marulanda, y le dice que según lo dicho por Rangel había sintonía entre las Farc y el presidente Hugo Chávez.
“(…)
Luego de su visita a Timo recibimos por aquí al general Rangel Silva, jefe de la Disip, y al parlamentario Oréstedes Leal (Quico). Manifestó que su visita estaba debidamente autorizada por Chávez. En Miraflores hay algo de preocupación con la información de que entre el sur del Lago y el Perijá habría una gran concentración de paras entre cuyos objetivos estaría el asesinato del Presidente. Fue reiterativo al afirmar que éste no ve con malos ojos a la insurgencia colombiana. “Es la misma lucha”, habría expresado, y le entendimos que solicitan ayuda (información) para contrarrestar la amenaza paramilitar. Al respecto le trasmitimos nuestra percepción de cómo están las cosas en ese campo desde el límite con el Magdalena Medio hasta el extremo norte de La Guajira.
Se mostró muy interesado en trabajar más en llave con los indígenas de la frontera, para lo cual también nos pide ayuda.
(…)
En cuanto al acuerdo entre los ministerios del Interior y Justicia de ambos países, manifestó textualmente: “nos dejamos utilizar en un momento electoral”. Dice que los compromisos son formales: usted me informa, yo le informo. Que está seguro que de ahí no pasa. “Chávez no confía en Uribe”, nos dijo (…).
Aprovechamos para insinuar la importancia de las relaciones (secretas, reservadas) o el establecimiento canal directo de comunicación. A través del general enviamos un saludo fraternal al Presidente. Atte. Iván.”

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