Un elemento común comienza a surgir en las investigaciones tras la expulsión de la cónsul venezolana en Miami. No es otro que el propio embajador criollo ante la Organización de Estados Americanos, Roy Chaderton.
Acosta, expulsada de Estados Unidos luego de una investigación de Univisión que develó su coartada en el documental La amenaza iraní, se desempañaba como agregada cultural de la embajada de Venezuela en México cuando comenzó la operación hace cuatro años. Chaderton era el embajador.
El objetivo era el sabotaje cibernético de objetivos en Estados Unidos e investigar los antecedentes de los venezolanos exiliados, primero en la nación azteca y luego en Miami para buscar “supuestas conexiones con un movimiento antichavista”.
Pero Acosta no es la única funcionaria que apunta a Chaderton: Liza Torres Alvarado, de 37 años, ocupó el cargo de Segunda Secretaria de la embajada de Venezuela ante la OEA desde noviembre de 2006 y, de acuerdo a documentos oficiales, es funcionaria del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin)
Espia Del SEBIN en La OEA
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