El 12F, día de la juventud, que nadie se quede sin acudir a esta histórica cita. Escogeremos al candidato (a) que nos regresará a vivir en democracia, en paz. A ser felices de nuevo. A volver a ser un País. A mandar a los comunistas muy largos allí, a donde usted está pensando.
En otras palabras hablemos claro como decía el amigo, ya difunto, Gonzalo Pérez Hernández, para referirnos a lo que nos ha acontecido en estos tres largos, difíciles y destructivos períodos de gobierno llamados revolucionarios, bolivarianos y socialistas, que no son más que eufemismos del régimen militarista, totalitario y castro-comunista que gobierna el país por ya más de trece años. Y es que a estas alturas debemos llamar las cosas por su verdadero nombre. Es que no hay otra forma de denominar a un régimen que emula a la revolución cubana, que idolatra a su máximo líder el octogenario Fidel Castro, que la pone de ejemplo a seguir y se la ha echado al hombro, que importa militares y milicianos cubanos y los mete en casi todas las actividades de la Administración Pública incluyendo las propias Fuerza Armada. Que para tomar decisiones las consulta con La Habana. Que tiene al Che Guevara como su patrono y que sigue las enseñanzas del marxismo y es amigo, panadería burda pues, de dictadores, de militares genocidas, de gobiernos antidemocráticos, de gobiernos violadores de los derechos humanos, asesinos de opositores, que es bien visto por los grupos irregulares de muchos países, valga decir FARC, ELN, Hamas, Hezbolá, Al Qaeda y demás organizaciones terroristas. Que apoya y arma a grupos como La Piedrita, Tupamaros y demás colectivos que operan al margen de la ley. Que crea milicias que operan como brazo armado del partido único para contraponerlas a la FAN institucional. Que llama a formar guerrillas estudiantiles. Que se burla de la voluntad popular para imponer sus deseos, modifica las leyes a su antojo y destruye la institucionalidad de la república. Que instituye el culto a la personalidad, al líder, al caudillo. Que crea odio dentro de la población y usa la violencia y la amenaza para lograr sus objetivos. Que en definitiva hace lo que le viene en ganas sin respetar constitución, ley o norma alguna. Y un régimen así no tiene más calificativos que de forajido. Y así son los regímenes comunistas. Antes y ahora y así serán siempre. Por más que se vistan de oveja lobos son. Se le ve el bojote dijera el que te conté. Se hacen pasar como demócratas para usar sus reglas y engañar al pueblo. Cuando usan la palabra democracia la prostituyen, la irrespetan. Y eso es ni más ni menos lo que estamos viviendo en esta patria de Bolívar.
Por ello no entendemos porqué algunos líderes de la oposición democrática se abstienen de llamar por su real y verdadero nombre a este gobierno del teniente coronel felón de comunista, con todas sus letras. Hace poco leíamos una encuesta donde se señalaba que solo el 2% de los encuestados esta de acuerdo con el comunismo. De allí que el “comandante en jefe” trata de vender su disparate de proyecto como “socialista” y se enoja y lo desmiente públicamente cuando se le acusa de comunista. Se persigna, se baña en agua bendita, jura y perjura que es católico, apostólico y “fidelista”, cree en las mil vírgenes y en todos los santos. “Cristo, mi comandante”. Embuste, farsa, engaño. Y lo lamentable es que buena parte de nuestro pueblo compra ese discurso. Le cree. Conozco señoras mayores, algunas muy ligadas a mi, que rezan el rosario y el trisagio diariamente, y se dan golpes de pecho y comulgan y lo adoran. Zape Satanás. El hombre de los tres 6. Los que lo han conocido y acompañado en algún momento en esta aventura dan fe de las burlas que hace de esto.
Entiendo que por cuestiones estratégicas en este torneo electoral de las llamadas elecciones primarias donde escogeremos el abanderado que se medirá con él o con quien él designe, no se le endilgue al epíteto de comunista para tratar de captar a aquellos chavistas light o ingenuos que todavía creen que la luna es de pan de horno, pero a partir del 13 de febrero espero que se cambie la estrategia y se comiencen a llamar las cosas por su nombre. No creo que nos vayamos a comer el cuento de que lo de los niños del 23 es una obra de teatro. Que nadie sabe quien le dio los fusiles y quien dio la orden de entrenarlos. O de que nadie sabe cómo operan los colectivos armados y los círculos bolivarianos. O de cual es el papel de las milicias. O de creer en al autonomía de los otros poderes. O por qué declara fecha patria el aciago 4 de febrero. ¿Por cierto eso no significaría que se esta constitucionalizando el golpe de Estado? O de que las cosas malas no las conoce “mi comandante”. Que es que lo engañan. Y que lo de Cuba son solo problemas hormonales. No mis estimados amigos asiduos lectores de esta columna, esto es comunismo igual de como es en Cuba y de cómo es en Corea del Norte. Y de como era la URSS. El que no lo quiera ver, allá ellos. Urnas blancas hay muchas y están a la venta.
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