4/8/12

EL CNE Y EL BARRANCO DE LA CENSURA

         La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra en su texto importantes libertades, al igual incorpora prohibiciones; las libertades se presentan relativas,  las prohibiciones tiene carácter absoluto,  entre las prohibiciones prevista en la Carta Magna, tenemos *La prohibición a la censura previa (Arts. 57 y 58) y muchas otras que enunciarlas ocuparían demasiado espacio.
     Por lo que respecta a la libertad de expresión y entendamos por ella el derecho a disentir públicamente, “a expresar libremente sus pensamientos,  ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión, y hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura” (Art. 57 CN) todas las libertades son relativas, están sometidas a las limitaciones que establezca el orden legal, pero, la censura previa está absolutamente prohibida en el texto fundamental (Arts. 57 y 58), en consecuencia, es inconstitucional todo mecanismo, triquiñuela jurídica o artimaña política que vulnere los derechos fundamentales del pueblo, especialmente los que tienden a neutralizar las voces de alerta sobre actuaciones que hieran la soberanía nacional, la independencia  social, económica y política o los derechos humanos.
Sancionar a las ONG´s como “Ciudadanía Activa” y otras y pasar por alto los abusos de Hugo Chávez y séquito de alacranes es en primer lugar intolerancia, abuso autoritario y complacencia servil al amo que dirige sus actuaciones.
     No pretendo pregonar la impunidad de los medios de comunicación ni la anarquía en el país, pero por lo que respecta a la censura previa que se pretende imponer mediante a las ONG´s es una  “ley mordaza”, la cuestión no se centra en la censura en sí sino en la persona del censor, “ el CNE convertido en “el policía mediático”, el problema se centra en las prohibiciones a los opositores al régimen, lo que constituye una simple excusa para perseguir a los enemigos políticos privándoles de sus libertades fundamentales sin derecho a la defensa, prohibiciones que a mi entender constituyen un horror jurídico, carentes de sentido democrático, producto de la intolerancia política, ello no beneficia al sistema político ni al orden social, el totalitarismo no admite la disidencia, pero recordemos, la libertad de expresión, en todas sus manifestaciones, inclusive en el arte, constituye un rol de servicio público y no está reservada de manera exclusiva a los periodistas, pertenece a la sociedad en su conjunto, por ello, el movimiento democrático socio-político actual debe tomar para sí el desafío de su defensa.
     El país no soporta la proliferación de adefesios jurídicos mal llamados leyes, reglamentos, decretos, etc., dictados para complacer los caprichos, sin fundamento filosófico, sólo para satisfacer requerimientos inmediatos o para justificar del dictador, hechos delictivos cumplidos o, peor aún, para mayor represión de la sociedad lo que nos lleva por el barranco de la censura y la opresión. La sociedad civil, mediante las ONG´s, ejerce un rol de servicio público ineludible, porque la libertad de expresión, en todas sus modalidades, no es sólo un tema o una función del periodismo, es un derecho de toda la sociedad y ésta tiene la obligación de defender sus principios básicos frente a la vulneración sistemática de sus derechos fundamentales.
     Las prohibiciones que descaradamente nos impone el CNE, notificadas al país de manera desvergonzada por la rectora Oblitas, son producto, repito, de la intolerancia política, circunstancia tremendamente preocupante para la lucha por la democracia y el estado de derecho que libra la sociedad disidente, se criminaliza y sataniza la opinión disidente pero no la oficialista, se enervan los derechos constitucionales a la participación política, el por qué de ese terrorismo normativo lo encontramos en la pérdida de legitimidad del presidente para gobernar y de sus acólitos para respaldarle en su abusivo y deslegitimado ejercicio del poder, por cuanto el pueblo en ejercicio de su soberanía así lo ha decidido confirmar el 7/O, en razón al odio social, el desprecio a los derechos individuales, la exaltación de la violencia, rechazo a toda posibilidad de convivencia con la oposición y aniquilamiento de la disidencia, creencia de poseer la verdad absoluta y dictarla en cada ocasión, nos tratan de llevar al barranco de la censura y la opresión.
El gobierno tiende sistemáticamente a la sustitución de la verdad por el imperio de las mentiras, el engaño, las versiones interesadas y la censura, pretendiendo reduciendo a la sociedad al corral de lo políticamente conveniente al poder. Prefiero caer entre los buitres que entre las garras de los aduladores, porque los buitres sólo acaban con los difuntos, y los aduladores devoran a los vivos.

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