POR:AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ.
La expresión es muy utilizada entre los militantes de las
oposiciones: ¿Cuándo, cómo, en qué terminará esta tragedia? Y se
intensifica después del 7-0 porque el colectivo compró el mensaje de
que era la última oportunidad de salir por la vía democrático-electoral
del golpista presidente (GP) y su régimen.
Y al estar frente a los resultados de la victoria gubernamental, los
mismos dirigentes que les hicieron creer en el fin del chavismo, les
dicen ahora que hay que esperar 6 años más para sacarlo.
En ese momento, como dice, Teodoro Petkoff (Glob., 18/11/12), el
chavismo triunfó pero está en plena declinación, de modo que la
oposición ya tiene nueva fecha para ganar: diciembre del 19. Y este es
uno de los dirigentes y analistas estrellas de la MUD.
Se quiere ocultar de este modo que el 7-0 significa la reconfirmación
de la hegemonía que ejercía el chavismo y ratifica al GP como el dueño
incondicional de este ex país.
Antes del 7-0 ya todos los poderes estaban en sus manos. Pero la
‘oposición’ seguía vendiendo la mercancía de que el voto democrático
podía enfrentar y vencer al régimen.
Muchas veces se dijo que un fracaso el 7-0 llevaría a establecer
definitivamente el comunismo. El triunfo entonces era indispensable.
Y se aseguró que cualquier evidencia de fraude-trampa, se leería como
una autorización para que la ‘oposición democrática’ aplicara las
medidas de protesta necesarias para garantizar el respeto a la voluntad
popular.
De allí surge, nada menos, que la tesis del ‘Plan B’. Y esto
significaba que la victoria oficialista debía estar muy bien
fundamentada porque de lo contrario no sería convalidada.
Pero nada de eso ocurrió y vimos al régimen en pleno reconocimiento
de la oposición democrática y el liderazgo que tanta falta le hacia a
la revolución.
El descontento de la mayor parte de los 6.5 millones de votantes se
manifestó. Los dirigentes comenzaron a ser vistos como sospechosos. Y en
medio de la protesta, confusión y descrédito de la MUD y del propio
excandidato, surgen voces que tratan de salvar la situación.
En este sentido, Antonio Ledezma, al ser nombrado coordinador de la
campaña de los candidatos a gobernadores, dice que la victoria del GP
fue sospechosa. Es decir, que se aparta del señalamiento que afirma que
no hubo fraude y que se perdió porque no se consiguieron los votos.
Y cuando le advierten que hablar de fraude en las elecciones del 7-0,
puede ser visto como un llamado a la abstención, el dirigente llama a
“votar bajo protesta”. Y eso significa que viene otra victoria
sospechosa y que, a pesar de saberlo, hay que ir a votar aunque en señal
de protesta.
Y quien se presenta como ‘otro salvador’ sólo logra aumentar las
sospechas sobre muchos de sus colegas MUD, cuyo fraccionamiento hoy
nadie puede dudar. Y al fraude-trampa, aunque sea por otra via, le
esperan unas cuantas ediciones.
Porque una vez que el mapa político-electoral termine de enrojecerse
el 16D, gracias al fraude-trampa permitido, convalidado y legitimado,
saldrá a flote una nueva “reingienería del poder” y se procederá a la
radicalización del proceso revolucionario.
Una profundización que apuntará hacia la imposición del socialismo,
versión siglo XXI, mediante la puesta en práctica de la acción comunal
que servirá como entidad de control político a la cual se le
transferirán funciones hoy encomendadas a la Presidencia, Asamblea,
Gobernaciones, Alcaldías.
Y será ese poder en manos del pueblo el que, en lo sucesivo,
procederá a elegir directamente sus conductores. Estaremos entonces en
pleno Comunalismo y ya no hará falta el agotado CNE ni las
desacreditadas elecciones de la V República. Estas serán públicas y a
mano alzada.
Y para ello se ha puesto a andar lo que se ha dado en llamar la
Constituyente Originaria. Tratan ahora de recoger lo que no les hacía
falta en el período de convivencia con la llamada democracia y el
capitalismo.
La radicalización y la imposición del Comunalismo exige el derrumbe
de las actuales instituciones para dar paso a las populares y
socialistas del siglo XXI.
La llamada reingeniería pondría todo el poder en el pueblo y éste sería el único polo decisorio.
Por supuesto que en todo esto jugaría la politiquería llamada a
utilizar esa fuerza popular en beneficio de los mismos poderes
mediático-autoritarios que han prevalecido hasta el presente.
El poder del pueblo sería sólo la fachada que viene a sustituir la
democrática que tan buenos dividendos pagó en los inicios de la
revolución pacífica pero armada.
Como puede verse esta tragedia por los momentos no tiene término.
Parece más bien estar en sus inicios. La programación para establecer
el Comunalismo está en plena marcha. Por ello reiteramos que nos
esperan tiempos muy duros porque estamos ahora frente a un proyecto
comunal, expresión de una violencia-imposición, ante la cual no se
interpone ningún proyecto opositor.
Por eso, después de lo que será la victoria sospechosa y sin protesta
del 16D, el comunalismo seguirá su marcha a paso de vencedores y
pronto puede tener postrada una buena parte del colectivo.
¿Seguiremos apegados a los legitimadores de las oposiciones o seremos
capaces de emprender acciones no violentas como las que propone
disidencia12.blogspot.com, como una manera de buscar la confrontación
con todos los poderes que adelantan la destrucción de este ex país?
¡Que historia amigos!
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