17/2/13

EL IMPERIO DE LA IGNORANCIA



La ignorancia es un mal devastador pero curable si se diagnostica a tiempo y se le aplica el tratamiento adecuado, de lo contrario hace metástasis en estupidez, que es el estadio necesariamente mortal de la ignorancia.

Y el comunismo – una secta de asesinos, ladrones y corruptores de menores – es, por imperativos de su propia naturaleza, una ignorantocracia imperial que impone a sangre y fuego la ignorancia como política de Estado, pues un pueblo ignorante es reverente por la supervivencia y, por lo tanto, controlable y manipulable - por ejemplo cercano, el pueblo cubano.

Abordo esta reflexión como reacción a un trapo rojo, que ensucia el paisaje de una zona comercial de la ciudad, en el cual se lee, escrito a brocha gorda, algo así: “La tarea de la clase trabajadora es destruir el capitalismo y su misión es construir el socialismo”.

Quien redactó esta estupidez está seguramente convencido de que “destruir” para construir es un buen negocio, pero sobre todo debe pensar – si es posible llamar así su retardado proceso de repetición de ideas añejas – que con su exaltación es posible acabar con las economías más poderosas del mundo, incluyendo la china, que son producto del libre mercado, la libre empresa y la libre concurrencia, o en su defecto se conforma con hacer añicos la economía venezolana, porque hay que ver como las diatribas corrosivas de Chávez, lanzadas contra la primera economía del mundo, los Estados Unidos, no han hecho la menor melladura a esa sólida estructura de progreso humano por el libre desarrollo de las potencialidades individuales de sus habitantes.
Y como evidencia de lo contrario, el mundo contempla la miseria atroz de los pobres pueblos sometidos al feroz yugo de las dictaduras comunistas – todos los son – que han sido convencidos – como el pueblo norcoreano – de la infalibilidad de la pobreza como medio para superar las miserias atribuidas, por la ignorancia, al sistema capitalista, creador de tecnología, ciencia y conocimiento que, en poder de empresarios creativos y dinámicos, sustentan el desarrollo de los pueblos del mundo, incluyendo el parasitismo comunista o socialista, que es la misma vaina, que no podría existir sin la fraternidad y filantropía capitalista – Fundación Bill Gates, vaya adelante.

La ”guate e´pajarito” que le cayó al frondoso árbol de Venezuela logró en catorce años destruir su economía hasta la vergüenza de presenciar, por primera vez en su historia, una nube de gente desesperada, de toda condición, tomando por asalto un supermercado para arrasar con los potes de mantequilla – como si se tratara de un bien largamente anhelado - cuya escasez es efecto de las estúpidas políticas comunistas del peor gobierno que ha tenido la patria de Bolívar desde la invasión de los caribes.

Ya es común, y hasta se observa como parte del paisaje urbano, las millones de horas hombre – en la mejor edad productiva - atrapadas en largas colas esperando un pollo, una bombona de gas o un kilo de azúcar en un país que se caracterizó por lo profuso de su oferta de productos de primera necesidad, pero parece que este sufrimiento cotidiano no es suficiente prueba de la característica empobrecedora del socialismo, lo que nos indica, como lo refleja la citada pancarta roja,  que si en algo es verdaderamente eficiente este estúpido sistema de empoderar eternamente una clase política sobre los hombros de la pobreza – por lo que le es sustantiva -    es imponiendo imperialmente la ignorancia – por donde pasa su caballo no vuelve a brotar la inteligencia - hasta lograr que la miseria sea un símbolo reconocible de estatus político y social, a los cubanos se les sale por los huecos de la doble moral  el orgullo de ser comunista. 

En conclusión   

Las inmensas contradicciones de esa clase trabajadora, con relación a su posición política actual, signada por el abuso de los ditirambos comunistas frente a su situación económica, es lo que me ha hecho pensar que en realidad lo que entienden por “socialismo” es capitalismo pa´los obreros, pues basta que cualquiera de ellos obtenga unos recursos extraordinarios, por cualquier vía, para verlos adquiriendo los lujos propios de los odiados capitalistas. O al presenciar como los comunistas que son incluidos en las nóminas de las empresas del Estado, inmediatamente comienzan a luchar por contratos colectivos, aumentos de salario y beneficios de toda índole, así lleven a la ruina a la empresa que los mantiene, pues lo único que les interesa es el factor pecuniario derivado de esa inclusión innecesaria.

Por ello, cuando hablan de imponer el socialismo, lo que pretenden es obtener de una manera fácil, expedita, sin el menor esfuerzo personal, el bienestar que envidian porque se les ha hecho creer perversamente que son acreedores naturales a ello, por ley de mato pollero, por el sencillo acto de nacer.

Consideran que el comunismo si les va a repartir la herencia que les corresponde y que se las han negado tradicionalmente los burgueses, oligarcas y empresarios malucos. Por eso escucha usted a muchos decir, frente a la realidad producida por catorce años de socialismo real, que esto que viven no es socialismo, porque la estupidez producida por la ignorancia mal curada, confunde utopía con posibilidad, cree que el pasado puede modificarse y, sobre todo, jura que la fórmula socialista es perfecta pero no se ha sabido aplicar. Pero ahora sí. Gracias a mi comandante.

Con el estómago de permiso indefinido, pero con la frente comunista en alto, Nadie podrá jamás hacer entender a esta clase trabajadora – lo de “trabajadora” es un adjetivo político, los auténticos trabajadores son quienes han impedido la quiebra final de este país – que la única salida al problema de la pobreza es con el fortalecimiento de la libertad que permite el cabal desarrollo de las potencialidades individuales a través del trabajo, el estudio y a responsabilidad.  Sale pa´llá. 

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