Venezuela es la única que puede salvar a
Venezuela
Listas y listas… nos dejamos distraer con
cualquier cosa. Hasta con Diosdado, que es un verdadero “vomitivo” provocador.
Perdemos tiempo y espacios en esas trampitas como la de las listas y lo que es
peor es que utilizamos entonces las redes sociales para enredar el momento que
vivimos que debe ser de exigencias y respeto.
Nuestra lucha es mas difícil porque estamos
obligados a rescatar lo mejor de nosotros para la Venezuela de mañana, que es
totalmente opuesta, por supuesto, a la mentira, la manipulación y el engaño.
Diosdado, en un país democrático, jamás sería
presidente del Congreso. Un Maduro sin enseñar su partida de nacimiento
tampoco. Y por supuesto, tampoco existirían las instituciones arrodilladas ni
las familias instaladas en cargos
públicos. En fin, la democracia no es una piñata.
Pero lo que más debe preocuparnos hoy es
nuestra propia actitud frente a esta pesadilla, es una orientación, una ruta
que nos ayude a reforzar nuestro espíritu, que nos alimente el reto, que nos de
seguridad en una relación estrecha de liderazgo y pueblo.
No podemos seguir esperando una elección para
reencontrarnos sin alimentar la voluntad para decisiones creativas y
solidarias, y contestatarias al desborde autoritario.
Hay que mantener viva la emoción frente a
abusos y agresiones y la intención de convivencia nacional pero sobre
principios y valores, porque alli es que tiene que reencontrarse Venezuela.
Es la única forma de crecer.
Ahora sólo sobrevivimos entre odios y
diferencias provocadas para consumar una venganza demencial que terminará por
destruirnos a todos, chavistas o no. Porque los problemas son de todos.
La escasez, el alto costo de la vida, la
inseguridad disfrazada de “Patria segura”que hoy trae cifras espeluznantes de
muertos, la farsa dibujada por una única voz, la del gobierno, y hasta de un
Presidente que no puede demostrar su legitimidad.
Las evidencias son evidencias y hay que
asumirlas.
Tenemos una Constitución que se viola todos
los días en civiles y militares. Todo se viola, el discurso oficial es inmoral y emponzoña el alma agobiada, más
no entregada. ¡Hay que escucharla! ¡Hay que
contestarle! ¡Y es ya! Porque no se puede seguir en esta matazón, esta
burla constante a la decencia y la tranquilidad de un pais que vive entre rejas
una batalla desigual, cruel.
Es la guerra entre la verdad y la mentira,
los principios y la barbarie.
Los tiroteos de este viernes en Plaza
Venezuela y Ruiz Pineda, los asesinatos espantosos, esta permisología que
abraza asesinos y condena inocentes, esta Venezuela de miedos y lágrimas, de
sangre y horror, solo nosotros podemos detenerla.
Comenzó con el discurso de un hombre enfermo,
ambicioso, inculto, un militarsito convertido en “Comandante eterno “ en
histérica adoración que afortunadamente se diluye entre las aberraciones de un
poder viciado de mediocridad y las necesidades cada vez más desgarradoras de
Venezuela.
Los militares viviendo un festín de
corrupción e intereses ajenos a su compromiso. El propio desenmascaramiento del
régimen obliga a la oposición a la lucha. No hay antifaz que cubra tanta
corrupción que no es solo robar fondos públicos. Es tratar hasta de apagar el
último suspiro del alma venezolana.
¡Alertas y en pie de lucha! Venezuela y más
nadie puede salvar a Venezuela.
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