Iván Olaizola D’Alessandro
Insisto, este gobierno recula cuando se le ladra. Ladremos pues.
Cuando ya tenía el tema fijado y me disponía a escribir mi paraninfo comenzó una maratónica rueda de prensa del teniente coronel con medios internacionales. Como siempre y aun a contravención de mi señora esposa y de mi cardiólogo, no pude alejarme de la tentación y puse a un lado el teclado de la computadora y me pegué al televisor.
Debo reconocer que esta rueda de prensa ha sido una de las mejores exhibiciones de cinismo, y un tanto de comicidad, jamás vista y oída del teniente coronel. Entre tantos teatros a que nos tiene acostumbrados, esta vez nos presentó la escena que más le gusta: una clase de armas de guerra. Los tubos de los lanza cohetes. Unos usados y uno activo, lo que generó cierto pánico entre las hermosas periodistas presentes, “tranquilas que yo soy un soldado de infantería”. El Chapulín colorado. Ante esta presentación nos surgen varias preguntas.. ¿Si al señor Maduro se le entregó ese documento el 2 de junio y teniendo la respuesta, según él, se esperó dos meses para darla, no privadamente, sino en forma pública?. Qué fácil hubiese sido para el teniente coronel de paracaidistas llamar a la casa de Nariño y decirle “Hola Alvarito, mira esos tubos de la foto están usados, no son peligrosos y además fueron los que se llevaron los faracos cuando atracaron Cararabo”. Aclaro que no tuve nada que ver con eso. Claro yo supongo que él pensó que Uribito tiene cara de bobo pero no lo es. Seguramente él, Uribe, le hubiese preguntado: ¿Si son los de Cararabo señor presidente, me puede decir cómo es que la FARC han cargado por más de quince años esos tubos vacíos a cuesta? Y además le hubiese dicho, “me podría facilitar, por no dejar, los seriales de los tubos que se llevaron los faracos de Cararabo para cotejarlos con estos que tenemos aquí”. Preguntas que parecen fáciles de responder pero muy difíciles de responder. Galimatías presidencial.
Otra interesante perla que vimos y oímos fue cuando se refirió a la invasión de los yanquis, no el equipo grande liga, sino de los marines, a Venezuela. “Fidel me dijo que cuando esto ocurra no puedo hacer como hizo Sadam Hussein, que se metió en un hoyo, que debo ponerme al frente, en primera línea”. Yo supongo que el otro yo del Dr. Merengue dijo “En un hoyo no, pero en un museo militar si”..
Y para cerrar con broche de oro las casi 5 horas de conversa (creo que sólo cuatro periodistas pudieron preguntar) nos dio una clase magistral de geografía colombiana. Navegó desde el Orinoco, surco el Meta y en “un bongo remontó el Arauca”. Probablemente pensó que habría podido subir hasta La Paz, en un fuera de borda, para autorizar a Evo a que recibiera a Uribe en su campaña admirable para justificar las siete bases militares de USA, “los siete puñales clavados en Latinoamérica”, como prosó Fidel en un documento que, por pura casualidad, le entregó su hija, la del teniente coronel, y que leyó éste casi de memoria. Alguien se le ocurrió preguntarle sobre la “ley maldita” y dijo que se había enterado por Tv, recuerden que yo tengo mucho trabajo pero siempre tengo varios televisores encendidos, porsia. Y Lina, discúlpame pero perdóname, vas presa igual que el jefe de la piedrita. Aquí los poderes son totalmente independientes y autónomos. Si Luis.
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